Cuando estás pasando por una prueba, puede ser difícil encontrar las palabras para orar. Es posible que sientas que tus oraciones se quedan cortas o que no captan lo que estás sintiendo en ese momento. Por eso los Salmos son tan útiles: nos ofrecen oraciones estructuradas sobre diferentes temas y situaciones que todos afrontamos.
Armada con este conocimiento, Santa Teresita de l’lisee se encerraba en su celda durante varias horas cada día y rezaba los Salmos. ¿Por qué? Porque entendía que rezar estos 150 salmos era una de las mejores maneras de acercarse a Dios y experimentar su presencia más plenamente. Este artículo explorará el Salmo 91 de la Biblia Católica y por qué es una oración tan importante de conocer. Siga leyendo para saber más.
Tabla de Contenidos
¿Qué es el Salmo 91 de la Biblia Católica?
El Salmo 91 es un salmo de protección en la Biblia Católica. Es el primer salmo de un grupo de siete salmos que se llaman «Salmos de la seguridad». Es una oración de confianza en la omnipotencia y el cuidado de Dios. Es un salmo de seguridad en un mundo peligroso. Este salmo es el más recitado por los fieles al final del Rosario y en el Escapulario. El Escapulario es el hábito de la orden religiosa de las Carmelitas, a la que Santa Teresa de Jesús ingresó cuando era joven.
Los Salmos de Seguridad son salmos que reflejan un corazón que confía en el cuidado y las promesas de Dios. Estos siete salmos son el Salmo 91, el Salmo 112, el Salmo 118, el Salmo 121, el Salmo 124, el Salmo 125 y el Salmo 126. A menudo se repiten durante el rezo del Rosario o del Escapulario. El Salmo 118 es el más repetido.
¿Qué significa el Salmo 91?
El Salmo 91 es un salmo de confianza en el cuidado y las promesas de Dios. Es uno de los «Salmos de la seguridad». El Salmo 91 ha sido citado tanto por el Papa Juan Pablo II como por el Papa Benedicto XVI. El lenguaje del Salmo 91 es esencialmente una «promesa de protección contra los enemigos y contra cualquier daño físico». El Papa Benedicto XVI ha dicho que el Salmo 91 es «una invitación a dar espacio a Dios en nuestra vida diaria» y un salmo sobre «sentirse seguro en el cuidado de Dios por nosotros, pase lo que pase.»
El Papa Juan Pablo II ha dicho que el Salmo 91 «habla de la seguridad ante el peligro y el mal… una seguridad basada en la confianza en Dios que está por encima de todo y que lo abarca todo.»
¿Por qué es tan importante el Salmo 91?
El Salmo 91 es un salmo de confianza en el cuidado y las promesas de Dios. Como tal, es una oración importante para tener en su caja de herramientas de oración, especialmente durante los momentos difíciles de su vida. El Salmo 91 es uno de los salmos más confiables y más frecuentemente utilizados en tiempos de crisis y peligro. Sin embargo, también es un salmo al que podemos recurrir todos los días para experimentar la presencia de Dios más plenamente en nuestras vidas.
Podemos obtener una gran comprensión de salmos como el Salmo 91 cuando entendemos que los salmos fueron escritos por personas reales que estaban pasando por pruebas reales. Este salmo es único porque fue escrito por uno de los reyes de Israel. Teniendo esto en cuenta, el Salmo 91 se convierte en algo más que una oración sobre la confianza en Dios; también se convierte en una oración de agradecimiento por la presencia y el cuidado de Dios.
Salmo 91
1 El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso.
2 Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.»
3 Sólo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas,
4 pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!
5 No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día,
6 ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía.
7 Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará.
8 No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido.
9 Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección,
10 ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar.
11 Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos.
12 Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna.
13 Aplastarás al león y a la víbora; ¡hollarás fieras y serpientes!
14 «Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre.
15 Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores.
16 Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi salvación.»
Tres puntos clave del Salmo 91
– El amor de Dios: El Salmo 91 comienza con un versículo es un recordatorio de que Dios es Amor. No sólo quiere protegernos; quiere amarnos y tener una relación con nosotros.
– Las promesas de Dios: La siguiente sección del Salmo 91 es una lista de las promesas de Dios. Son las cosas que Dios dice que hará por nosotros. Son declaraciones audaces sobre la omnipotencia de Dios y su deseo de cuidar a toda persona que lo invoque.
– El mandato de Dios: La tercera y última sección del Salmo 91 es una orden. Es una llamada a la acción por nuestra parte. Aquí se nos invita a confiar en Dios y a invocarlo en tiempos de necesidad. También se nos invita a reconocer el amor y las promesas de Dios agradeciéndole su bondad.
Conclusión
El Salmo 91 es un salmo de confianza en el cuidado y las promesas de Dios. Es uno de los «Salmos de la seguridad». El Salmo 91 comienza con las palabras: «El Señor te protegerá de todo mal». Este versículo es un recordatorio de que Dios es Amor. Continúa con una lista de las promesas de Dios y concluye con una llamada a la acción: una llamada a confiar en Dios y agradecerle su bondad.
Cuando uno pasa por una prueba, puede ser difícil encontrar las palabras para rezar. Es posible que sientas que tus oraciones se quedan cortas o no captan lo que sientes en ese momento. Por eso los Salmos son tan útiles: nos ofrecen oraciones estructuradas sobre diferentes temas y situaciones que todos afrontamos.
Gracias por explicar el salmo ,el espíritu Santo me llevo hasta el