En el Día del Trabajador, el Santo Padre piensa en los numerosos hombres y mujeres que mueren cuando realizan su labor. Recuerda también a los periodistas ante la inminente celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa.
La dignidad del trabajo fue resaltada por el Papa Francisco al celebrarse en todo el mundo, este domingo 1 de mayo, el Día del Trabajador. Al concluir el rezo mariano del Regina Coeli, y luego de sus conmovedoras palabras al recordar el sufrimiento del pueblo ucraniano atormentado por la barbarie de la guerra, el Pontífice saludó a los trabajadores en su día.
«Hoy es la Fiesta del Trabajo. Que sea un estímulo para renovar nuestro compromiso para que el trabajo sea digno en todas partes y para todos. Y que el mundo del trabajo inspire la voluntad de desarrollar una economía de paz”, deseó el Pontífice.
En este día en el que la Iglesia celebra la fiesta de San José Artesano, el Santo Padre también recordó la tragedia de todos aquellos trabajadores que han muerto desarrollando su labor.
“Me gustaría recordar a los trabajadores que murieron en el trabajo: Una tragedia generalizada, quizás demasiado generalizada”, advirtió el Papa.
El Santo Padre descata la valentía de la información
Francisco adelantó, este domingo, sus felicitaciones a los periodistas que el próximo, martes 3 de mayo, celebrarán el Día Mundial de la Libertad de Prensa, patrocinado por la UNESCO.
“Rindo homenaje a los periodistas que pagan en persona por servir a este derecho”, afirmó el Papa. Y agregó que sólo el año pasado 47 periodistas fueron asesinados y más de 350 encarcelados en todo el mundo.
“Un agradecimiento especial – dijo – a quienes nos informan con valentía sobre las lacras de la humanidad”.
Aplauso de los fieles en la Plaza de San Pedro por las beatificaciones en Milán
Aplauso de los fieles en la Plaza de San Pedro por las beatificaciones en Milán
Los beatos de Milán
Con un masivo aplauso convocado por Francisco fueron festejados Don Mario Ciceri y Armida Barelli que fueron beatificados, ayer, en Milán. De ellos, el Santo Padre dijo:
“El primero era un vicepárroco rural; se dedicaba a la oración y a la confesión, visitaba a los enfermos y estaba con los chicos en el oratorio, como educador amable y guía seguro. Un brillante ejemplo de pastor. Armida Barelli fue la fundadora y animadora de la Juventud Femenina de Acción Católica. Viajó por toda Italia para llamar a niñas y jóvenes al compromiso eclesial y civil. Colaboró con el padre Gemelli en la creación de un instituto femenino laico y de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, que hoy celebra su día anual y que ha sido bautizada ‘Con corazón de mujer’ en su honor”.