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La Guardia Suiza del Vaticano, quiénes son?
La Guardia Suiza es el cuerpo militar encargado de la seguridad del Estado de la Ciudad del Vaticano. Es el ejército profesional más pequeño del mundo, con alrededor de 110 soldados. Ataviados con un uniforme inconfundible, los Guardias Suizos ofrecen una de las estampas más pintorescas del Vaticano, pero su papel está lejos de ser meramente decorativo.
En este reportaje desgranaremos los detalles de esta figura.
La misión de la Guardia Suiza vaticana
Los Guardias Suizos se ocupan de la vigilancia, seguridad y protección del Papa dentro del Palacio Apostólico, así como de servicios honoríficos en ceremonias, audiencias y recepciones.
Se ocupan también del control de accesos en el Vaticano y en los periodos de sede vacante protege al Colegio Cardenalicio.
En el Vaticano existen otros dos cuerpos dedicados a la seguridad y defensa del orden:
– La Gendarmería Vaticana. También llamada Gendarmería del Estado Vaticano, hace la labor de policía de frontera, judicial y de tráfico. También se ocupa de la seguridad del Pontífice, Cardenales residentes y prelados de la Curia Romana. En el caso del Papa, es el cuerpo de protección en los viajes internacionales, en coordinación con las policías del destino. Son los «hombres de negro» que acompañan al Papa en sus desplazamientos y apariciones públicas.
– Ispettorato di pubblica sicurezza «Vaticano». Un órgano de la Policía estatal italiana que tiene como labor principal la seguridad pública de la Plaza de San Pedro y aledaños y la protección del Papa en los viajes en Italia.
El origen de la Guardia Suiza
Los Guardias Suizos son el último ejército de mercenarios suizos, una figura que alcanzó gran popularidad en los ámbitos militares de los siglos XV a XVIII por su especial eficacia.
El cuerpo fue creado el 21 de enero de 1506, tres años después de que el Papa Julio II ocupara la silla de San Pedro y pidiera, a los nobles suizos, soldados para su protección, formando una compañía de 150 hombres. En ese momento, la elección lógica fueron los mercenarios suizos, debido a la reputación que se habían labrado en las Guerras de Borgoña. La fecha oficial de su fundación es, pues, el 21 de enero de 1506.
Uniforme y armas de los Guardias Suizos
El uniforme de la Guardia Suiza tiene un origen reciente (principios del siglo XX) aunque está inspirado en un modelo que se atribuye a Miguel Ángel hecho en 1505 a la moda de entonces, y en los colores de librea de la Casa del Papa Julio II.
Como curiosidad, los guardias van armados con alabarda y espada ropera, aunque al prestar servicio portan armas modernas (pistolas, ametralladoras y subfusiles y fusiles de asalto, y explosivos) para cuyo uso están entrenados al máximo nivel. Los escalafones superiores llevan también spray con gas lacrimógeno.
Requisitos para acceder a la Guardia Suiza
Son muy conocidos y demuestran el carácter elitista y restringido del cuerpo:
– Estado civil debe ser soltero.
– Mínimo 1.74 m de estatura.
– Edad entre 19 y 30 años.
– Poseedores de un título profesional o grado de secundaria.
– Fe católica
– Ciudadanía suiza
– Haber cumplido una instrucción básica en las Fuerzas Armadas Suizas y haber obtenido certificados de buena conducta.
Los Guardias Suizos pueden casarse aunque con una serie de requisitos. De hecho viven con sus familias en la Ciudad del Vaticano, siendo sus hijos los únicos habitantes infantiles del Estado.
La relación de los guardias suizos con los turistas
Los Guardias Suizos prestan labores de vigilancia, protección y control de accesos. Es en esta última faceta donde son más visibles. Los turistas y peregrinos son uno de sus quebraderos de cabeza aunque habitualmente no entran en contacto directo con ellos.
Sí tendrás que relacionarte con ellos si realizas una visita guiada a la Necrópolis Vaticana o para obtener tickets para determinadas ceremonias papales. Tendrás que pasar un control de esta Guardia y te pedirán el resguardo de la reserva.
Os ofrecemos algunos consejos para el trato con este cuerpo militar:
– Es un cuerpo muy serio, nada folclórico. Por ello, no se prestan a posar en fotos y nuestra aproximación a ellos debe hacerse con el máximo respeto.
– No hay problema alguno en sacarse una foto en la que aparezca un Guardia Suizo en el encuadre, siempre que se haga a una distancia prudencial.
– Como cualquier otro cuerpo de seguridad del mundo, podemos acudir a ellos en caso de duda o necesidad. No tienen inconveniente en atender al visitante. Eso sí, evita preguntarles por la ubicación del wc u otras cuestiones triviales de este tipo. Un buen inicio de pregunta sería : «Scusi Signore…»
– Dentro de la Plaza de San Pedro, en caso de necesidad, acude a la sección de la Policía italiana que presta sus servicios en dicho lugar. Hay agentes de forma permanente.